REDTTU

REGIONALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

 

Congreso Ciencia y Educación

Medellín, 26 de abril de 2018

 

Apuntes desde la perspectiva de la Red de Instituciones Técnicas Profesionales, Tecnológicas y Universitarias Públicas-REDTTU.

Si buscáramos un tema sobre el cual se han escrito innumerables documentos desde los sectores público y privado, dictado cientos de conferencias y realizado numerosos eventos a lo largo y ancho del país, no se encontrará un mejor ejemplo que el de la regionalización de la educación superior. ¿Y cuáles han sido los resultados prácticos de tan variado despliegue discursivo? Pocos, o insuficientes, dada la magnitud del desafío que implica dejar atrás la “centralización educativa”. Y no hablo tan solo de la que emana del centro del país, sino y principalmente, la que se origina desde los principales centros urbanos. De qué otra forma se puede entender que la mal llamada descentralización educativa en el modo colombiano, está representada en la existencia de 32 secretarías de educación departamentales  y 1.122 secretarías de educación municipales, que actúan al amparo de la autonomía administrativa y presupuestal derivada de la ley, y por tanto sin apego a las políticas educativas nacionales que poco o nada influyen en los planes educativos departamentales y municipales, que obedecen en la mayoría de las veces a intereses de orden partidista y electoral, y de contera no pocas de ellas incumplen las responsabilidades que tienen de contribuir financieramente con las instituciones de educación superior públicas que están adscritas a los departamentos y municipios, a nombre de la descentralización administrativa a la que fueron lanzadas sin salvavidas financiero. Una desestructuración de tal naturaleza no puede conducirnos hacia un modelo de regionalización que destierre las malas prácticas clientelistas en materia educativa, y que potencie al ser humano desde sus primeros días como un ciudadano virtuoso, solidario, defensor de la vida y comprometido con la paz y el bienestar de la sociedad.

El hecho más reciente en la perspectiva de alcanzar la categoría de política pública en materia de regionalización se dio con el documento “Política para la Regionalización de la Educación Terciaria” de diciembre de 2015 producido por el Ministerio de Educación Nacional con aportes de universidades e ITTU públicas, el cual corrió la misma suerte del desdichado “Sistema Nacional de Educación Terciaria- SNET”, dentro del cual cohabitaba. No obstante, esta circunstancia, no está de más subrayar en esta oportunidad algunos aspectos claves cuando de regionalización hablamos.

Es imperativo abordar la regionalización de la educación superior como un factor que fomente la generación de condiciones y capacidades en las regiones para su propio desarrollo, y facilite la ampliación de las oportunidades de acceso a la educación superior de las capas más pobres de la población, cerrándoles el paso a la exclusión, la discriminación, la inequidad y la centralización, a la vez que brinde un marco legal a las IES participantes donde se garantice la financiación oportuna y adecuada.

El relacionamiento con el sector productivo tanto en el campo como en la ciudad, la proximidad a los planes y proyectos de ciencia, tecnología e innovación adelantados por las IES y centros de investigación, sumado al flujo de reintegrados como resultado de los acuerdos de paz de La Habana, son tres aspectos sobre los cuales cualquier política pública de regionalización de la educación superior debe centrar buena parte de su interés.

La respuesta de buena parte de las regiones ante la incapacidad del estado de avanzar en la estructura legal que soporte la regionalización de la educación superior no ha sido paralizante. Las regiones han desarrollado modelos autónomos de desarrollo local –principalmente desde las ciudades capitales- y de allí a otros municipios vecinos, por iniciativa de las IES presentes en el territorio, en otras ocasiones involucrando a IES de otros departamentos con las que comparten intereses comunes, con empresarios y gremios de la producción, autoridades de los gobiernos municipal y departamental, organismos de cooperación internacional, otros agentes económicos y sociales con presencia entre ellos, para de este modo consolidar procesos de alto impacto en la comunidad educativa. Estas experiencias regionales lejos de ser desestimuladas debieran concentrar el apoyo del gobierno en razón a la estructura de oferta de programas pertinentes y de alta calidad, en armonía con las características socioeconómicas de las regiones y en atención a la mayor demanda de las poblaciones más apartadas por acceso a educación superior de calidad en su propio territorio.

El cúmulo de conocimiento y buenas prácticas obtenidas por los resultados de las iniciativas de regionalización promovidas y desarrolladas por las IES en los territorios amerita que el MEN consolide este movimiento nacional mediante un banco de experiencias que sirva como referente para futuras estrategias de regionalización de la educación superior.

Las líneas de mayor demanda en un proceso de regionalización de la educación superior, vista desde la óptica de las ITTU públicas, podrían resumirse así:

  1. Políticas de buen gobierno corporativo
  2. Formación docente tanto presencial como mediante el uso de metodologías virtuales de aprendizaje
  3. Diseño de currículos
  4. Asistencia técnica en la elaboración de planes y programas de formación en atención a población vulnerable (familias desplazadas, reintegrados de los grupos alzados en armas, víctimas de la violencia, etc)
  5. Capacitación para formular y desarrollar proyectos productivos
  6. Capacitación para implementar estrategias asociativas de carácter sectorial y regional
  7. Infraestructura física y tecnológica

Finalmente, respecto de la financiación del programa de regionalización de la educación superior, comienzo citando apartes de un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2012), donde “consideran que los retornos del acceso a la educación superior son tan altos que las restricciones económicas no deberían considerarse al momento de tomar la decisión y que son tales los beneficios sociales que los gobiernos deberían garantizar financiación para los individuos que deseen ingresar a este tipo de estudios.”

La anterior reflexión nos lleva a considerar que un programa de regionalización de la educación superior, por su magnitud y complejidad, debe ser financiada principalmente con recursos del estado. Las IES en general, no soportarían una carga presupuestal de tales dimensiones, menos aún en las circunstancias actuales, determinadas por una histórica estructura deficitaria, agregada a la disminución de los recursos destinados al fomento de la educación superior, y a la inequidad existente entre los recursos apropiados vía presupuesto nacional o a través de mecanismos de excepción que benefician tan solo a las universidades públicas, con detrimento de las ITTU públicas.

Desde este escenario queremos expresar nuestro respaldo a la propuesta formulada por ASCUN al MEN de constituir un fondo especial que garantice la financiación del programa de regionalización de la educación superior, iniciativa ésta a la que la REDTTU invita a acompañar.

Gracias por su atención.

 

Firmado,

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Felipe Ortiz

Director Ejecutivo